viernes, 24 de abril de 2015

Nadar en diagonal (o Teoría sobre Podemos)

 *Nota previa: Hablo de Podemos por simplificar, pero en realidad englobo a los partidos nuevos. Podemos, Ciudadanos, UPyD, Equo….

 

“No te metas en política”  Lo hemos oído todos mil veces; esa maldita frase nos ha traído hasta esta crisis, porque sin el control de los ciudadanos no hay democracia.   La Democracia  es equilibrio de poderes (frente a los reyes absolutistas o las dictaduras), control de los mismos, y capacidad de cambio.

Ese “No te metas” muchos lo han entendido como Barra libre, sin control, precisamente propiciado por el distanciamiento de quien debe controlar, y ese alejamiento a permitido espacio para abusos (o sea lo que llaman Crisis para no hablar de culpables.)

Porque estamos acostumbrados a una indignación inocente –a encendernos de boquilla- Si no te gusta algo protestas o te callas, pero da igual porque acabas tragando.

 

Si quieres hacer visible un sentimiento y es algo muy gordo y mucha gente protesta como mucho se visualiza ejemplo del 15-M (pero no te escuchan), si la cosa ya es a nivel nacional haces una gran manifestación, ejemplo del No a la guerra, te despreciarán (y no te escuchan). Hagas lo que hagas no te escuchan, porque ellos son partidos legítimos (con menos del 50% de participación y  en un solo día que vale para 4 años) y si quieres que te escuchen “que formen un partido”.El sistema esta hecho para eso. 

Esa indignación de boquilla solo sirve para perpetuar los errores, para no actuar ni cambiar nada. Se cambia el sistema desde dentro,  No cono revoluciones en las calles ni manifestaciones millonarias, porque no te escuchan

Las normas se cambian a través del sistema, usando las normas para cambiar las normas.    No nadando contra corriente –pues te agotas y ahogas esfuerzos y voluntades-, sino nadando en diagonal.

Pues resulta que formaron un partido: PODEMOS*, y ahora quieren que se escuchen sus argumentos (y sus protestas) pero tampoco les escuchan. Como mucho se vende miedo a una revolución ¿revolución por las urnas? resulta que si, que para algunos que la gente vote y no ganen ellos es una revolución peligrosa. Hay que vender miedo porque hay miedo a perder poder.

 Se vende miedo porque es más fácil  -hay mucho más publico dispuesto a odiar a quien le digan que ha plantearse donde está él- y sobre todo porque se ha hecho una lectura estúpida del fenómeno (esta es la parte que quiero destacar) se ha puesto el objetivo en los protagonistas y no en los hechos ( por deformación televisiva y falta de profesión de quien debería informarnos).

Y es que PODEMOS* es un síntoma de una nueva realidad. Es el cauce a donde ha llegado el descontento, una válvula de escape. Si la ley permitiera un hombre un voto (real) nunca habría surgido PODEMOS, porque no se habría llegado a este descontento con las mayorías absolutas, a el chantaje de partidos nacionalistas sobrerrepresentados por la circunscripción provincial etc.

No van a gobernartranquilos quienes escuchen a los futurólogos del miedo- porque el sistema electoral esta hecho para que los partidos absolutistas no pierdan sus privilegios. Y no serían la solución (no hay solución simple a problemas complejos), pero si son parte importante de la solución. Suponen la vinculación de mucha gente –la ilusión por la política, la movilización de muchos que antes no iban a votar, etc- y el contrapeso de poder que evite excesos y abusos.

 Supone la fractura del sistema anterior de bloques, por un sistema de múltiples partidos donde se traten los temas y no se ponga el foco que quien lo dice. Fractura no porque sea un cambio radical –como predica el mensaje del miedo- sino porque será permanente, debido a que la sociedad –y los votantes- han cambiado.

El perfil del votante de PODEMOS es el de una persona joven y mucho más formada que el de partidos tradicionales. Es decir, más dispuesto a cuestionar y más predispuesto a asumir cambios y otros argumentos. Frente al votante fiel de otros partidos (que por otra parte, al ser de otras generaciones, cada periodo electoral quedarán menos vivos.) Por lo que la política debe virar hacia una política de debates abiertos y de Temas (no de siglas, sentimientos o personas) si quiere representar a la sociedad.

 

Insisto, la sociedad ha cambiado. Surgen nuevos partidos porque hay un nuevo mercado de ideas.

 Sus grandes virtudes son movilizar a buena parte de los desmotivados (ver la participación si crece, pues a más participación más representativos son los resultados.) y la capacidad de poner algunos temas en la agenda política (dación en pago, sanidad publica y gratuita, el sector financiero, modelo de país, impuestos…) que son prioridades ciudadanas, hasta ahora ocultas tras cortinas de humo intrascendentes repetidas y multiplicadas convenientemente.

Somos expertos en matar la avispa y dejar el avispero, quitar la persona y dejar el problema, descredito para hoy y deuda ciudadana para mañana.

 

A corto plazo –estas elecciones- el cambio será pequeño (la ley electoral existente, el miedo, los medios que sueltan el discurso a ingerir y la presión de grupo en forma de portadas) pero insisto: la sociedad ha cambiado -en parte gracias a internet- las ideas circulan mucho más allá de los medios de masas, es mucho más difícil controlar el discurso y casi imposible ocultar escándalos.

O los partidos tradicionales cambian o se ahogaran nadando contracorriente.