viernes, 26 de febrero de 2016

cuando la debilidad es fortaleza (teoría de pactos)



Esta política de marketing y constantes declaraciones, cada día parece más una carrera de caballos. Donde todos quieren sacar la cabeza y no quedarse atrás –en las declaraciones- y los espectadores solo vemos una polvareda que ni nos atrae ni nos interesa.
La política es un poder del ciudadano, el poder de fijarse un objetivo futuro, de dirigirse hacia dónde quiere ir como colectivo. ¿Entonces por qué admitimos estas constantes declaraciones vacías como algo normal? ¿Por qué los intereses de unos sustituyen al beneficio del ciudadano?

Hemos llegado aquí gracias porque nos desentendemos de nuestro deber para con nosotros mismos. Y porque entre teoría y práctica se nos han colado ciertos intereses y multiplicadores del error (medios de comunicación al servicio de grupos de interés, los propios partidos, etc)
 
 El sistema DEBERÍA funcionar así:
·                   Nosotros somos conscientes del entorno, del presente y establecemos nuestras prioridades personales, y de la sociedad. Y en base a ello elegimos que programa político se acerca más a nuestras prioridades.
·                   Votamos y se forma un parlamento, en teoría proporcional a los votos, que representa las prioridades de la sociedad.  Este parlamento elaborará las leyesojo, el parlamento NO el gobierno- que intentarán acercar el futuro a las prioridades de la sociedad presente.
·                   El parlamento –y NO los votos- eligen al gobierno. Órgano secundario –lo importante es el parlamento- que tendrá la capacidad de reacción ante problemas de menor entidad, pero que requieren una solución rápida (recordemos, el parlamento son políticas estratégicas a largo plazo). Es decir el Gobierno es una subcontrata del parlamento, que gestiona el día a día, para que el parlamento se pueda ocupar de lo importante. Esto es, lo que los ciudadanos consideraban sus prioridades (las políticas a aplicar).

Los errores:
·                   No hacemos análisis ni nos planteamos lo mejor para nosotros como sociedad; nos intoxican los medios de comunicación con polémicas (su objetivo es vender, no informar). Nuestras opiniones no son nuestras; son el resultado de la digestión de las opiniones vertidas en el abrevaderoperiódico, radio o programa de TV- donde cada uno se acerca.
·                   Con estas digestiones pesadas votamos a una cara y un discursoya nos hemos desviado brutalmente, hemos volcado. Estamos patas arriba en la cuneta- pensando que será el líder del gobierno (la mayoría de la gente cree que el gobierno está por encima del parlamento).
·                   Al final se habla del gobierno (de caras, nombres y partidos) y NO de políticas o acciones prioritarias.  Hemos sustituido la esencia por apariencia; los hechos por personas; y lo importante para la sociedad por unos intereses particulares.
El ruido en los medios nos impide ver el presente y nos aleja del futuro.
Así poner la tele es condenarse a ver gente en un combate de palabrería y cero información. En parte porque es más fácil asimilar un mensaje corto y simple que un análisis estructurado, que un debate real o que información compleja. Y aquí recupero mi argumento de las cuñas que parten el sistema.
Para los medios y para los políticos es mejor este sistema de simplificar el mensaje (llamarnos simples y tratarnos como tal a fin de cuentas).  Los medios se aseguran tener munición diaria, un espectáculo de ruido que no cesa  y que alimenta al público fiel que se acerca a por su ración de enemigo (de caras y nombres, nadie está en contra de argumentos porque ni se plantean). Los partidos sus atriles desde los que azuzar a los suyos; porque un claro ejemplo de la despolitización de la política es que los discursos políticos se dirigen solo a su público fiel, no a la sociedad total.
Artos de comer polvo la mayoría de la gente se desentiende del sistema –primera paradoja, pues es el desentenderse lo que hace que el sistema no funciona- y así una vez más la lista más votada es la gente que no vota –segunda paradoja- .  Y los votados se postulan en base a enfrentamientos y a un mensaje extremista que hace imposible el acuerdo, pero que fideliza al votante extremista (es más fácil mantener al fiel que conseguir un consumidor nuevo) en un entorno donde todos salvo los nuevos pierden votantes.
Y aquí llega la gran paradoja, como un sistema parasito del sistema político ha llegado a degradar tanto que ha hecho muy difícil la existencia del propio parásito.
Los pactos necesarios para formar gobierno hacen que se tenga que hablar de políticas, que se busquen puntos en común. Que el parlamento controle al gobierno , que al necesitar el apoyo de varios partidos políticos no será débil sino eventual y controlado.
Curioso como el politiqueo nos ha devuelto la política, a ver que hacemos ahora con ella.