Nunca
me han gustado los sacrificios humanos, menos aún cuando me toca a mí hacer de
doncella y el volcán se lo queda otro
(y que la faldita de juncos me hace el culo gordo, todo hay que
decirlo). Pues en esa estamos, ya van unos cuantos añitos que unos cuantos
listos nos piden sacrificios humanos. Alegando el interés general quieren que (nosotros) desmontemos el
bienestar general, el de la mayoría, el bienestar del ciudadano medio; en
pro del interés (que bien elegido el
término) de la economía.
Si seguimos
hacia donde nos lleva “el mercado” podemos
ir sustituyendo el Un hombre un voto, por el más realista Un euro un voto.
Donde un interés –millonario- vale más que un millón de voluntades (y de
vidas). Se impone el dinero y nos mienten –perdón, nos dicen- alegando que es
por la eficiencia y que no se puede hacer nada
(son los dioses).
Nos dicen que estamos en crisis,
y que la única opción razonable son los recortes (sacrificios) ya que el
mercado es el que manda. Un buen mensaje publicitario que se repite sin cesar
hasta que cale, y parece que está calando. Ya hay quien toma la llamada
flexibilidad laboral como un designio divino, mandato de los dioses del mercado
ante lo cual no queda otra que
aceptarlo. Me gustaría saber
porque los sacrosantos mercados no aplican estos criterios de eficiencia a los
dioses. Privilegiados y elites
económicas, que como los aristócratas invocan una falsa selección
natural, cuyos principios de mercado: eficiencia y trasparencia no soportan.
¿Por
qué estos dioses tienen sueldos blindados? Deberían tener un sueldo de los
que hay por el mercado y unos escalones de incentivos por objetivos –como los
deportistas- y si los objetivos son a largo plazo pues se cobrará cuando se
pueda medir el objetivo. Sin embargo la realidad nos escupe a los consejeros de
cajas que se van con sueldos millonarios –y blindados- dejando a sus bancos –y
sus clientes- arruinados.
¿Por qué no asumen sus responsabilidades? “Los mercados” reclaman
mano dura para Grecia, a costa de recortes a los griegos, por sus desmanes
económicos. Podría estar de acuerdo si la otra parte del contrato, los que
suscribieron esa deuda griega, respondiese a los mismos criterios de
exigencia ¿han dimitido los analistas?
Alguien recomendó esa deuda sin hacer bien su trabajo. Los accionistas y
clientes de los bancos alemanes y franceses se han visto perjudicados, el valor
de sus patrimonios ha caído en picado ¿y
el sueldo de los responsables?
¿Por qué cobran millones que ellos no generan? Según su teoría de
mercado eficiente: los dioses lo son porque ellos generan valor para sus
empresas que estas les agradecen con sueldos millonarios, frente a el currito
de turno que no es singular y es fácilmente sustituible echando mano del
mercado de trabajo. Sin embargo vemos constantemente que cualquier dios
endiosado se apropia del crecimiento de la empresa a través que la fascinante tarea de seguir el camino que
le marcan sus informes y en la mayoría de los casos con contar con recursos
suficientes (acaso el Rmadrid descendería si su entrenador fuese un pato, o el
banco Santander se hundiría si lo
presidiera cualquiera de nosotros).
Dejémonos de tonterías, los dioses deben sus privilegios a su posición
de inicio; ni a su talento ni a su inteligencia ni al valor aportado a sus
empresas. ¿Por qué no se les aplica entonces los principios del mercado? La
economía que beneficia al privilegiado y resta derechos de acceso –restando
posibilidades a los mortales- es como participar en una lotería donde cada
cupón vale 1.000 euros, todos participamos del mercado pero…
Deberíamos cambiar las normas de estos mercados que no se aplican sus
propias normas. Cuando se destapa algún escándalo –empresas con beneficios
millonarios que despiden a la parte de la plantilla; SICAV que solo pagan 1% de
impuestos; multinacionales en paraísos fiscales, etc etc- la explicación moral
que se nos dá es que “la ley lo permite” y el dinero se escapa de forma
legal. Bien pues exijamos leyes creados
Ex proceso para devolver a la sociedad lo que han acaparado unos pocos, que los
privilegiados paguen por sus privilegios y esos ingresos implicarán menos
recortes; por ejemplo “Los mercados” no son un ente abstracto, son personas y
voluntades. Y los especuladores financieros –la economía financiera no aporta absolutamente nada a la sociedad, frente
a la economía de producción; sin embargo cada año crece en volumen y concentra
poder y dinero en unos pocos – son fácilmente identificables por el rastro
de trasferencias/ordenes financieras de los ordenadores; digo yo que se podía
crear un impuesto especialmente diseñado que grave el 99,8 % los beneficios
obtenidos por inversiones especulativas que cumplan una serie de condiciones (y
seguro que ese 0,20 % no es despreciable, pues hablamos de miles de
millones). Ejemplo B: establecer un
beneficio máximo (en términos relativos al tamaño de la empresa, etc) a partir
del cual se gravará el consabido 98%, así se “flexibilizarán” los beneficios y
se estimularán las inversiones productivas.
En fin, espero que cuando pase la crisis subirán los
salarios, se reconstruirán y fortalecerán los servicios sociales y se
restaurará la normalidad ¿o todo era una privatización encubierta y ya no hay
vuelta atrás? Os dejo. me toca saltar al volcán, es lo que tiene la flexibilidad
laboral.