martes, 14 de febrero de 2012

Quien educa a los dioses??



Nunca me han gustado los sacrificios humanos, menos aún cuando me toca a mí hacer de doncella y el volcán se lo queda otro  (y que la faldita de juncos me hace el culo gordo, todo hay que decirlo). Pues en esa estamos, ya van unos cuantos añitos que unos cuantos listos nos piden sacrificios humanos. Alegando el interés general quieren que (nosotros) desmontemos el bienestar general, el de la mayoría, el bienestar del ciudadano medio; en pro del interés (que bien elegido el término) de la economía.
         Si seguimos hacia donde nos lleva “el mercado” podemos ir sustituyendo el Un hombre un voto, por el más realista Un euro un voto. Donde un interés –millonario- vale más que un millón de voluntades (y de vidas). Se impone el dinero y nos mienten –perdón, nos dicen- alegando que es por la eficiencia y que no se puede hacer nada  (son los dioses).
Nos dicen que estamos en crisis, y que la única opción razonable son los recortes (sacrificios) ya que el mercado es el que manda. Un buen mensaje publicitario que se repite sin cesar hasta que cale, y parece que está calando. Ya hay quien toma la llamada flexibilidad laboral como un designio divino, mandato de los dioses del mercado ante lo cual no queda otra que  aceptarlo. Me gustaría saber porque los sacrosantos mercados no aplican estos criterios de eficiencia a los dioses. Privilegiados y elites económicas, que  como  los aristócratas invocan una falsa selección natural, cuyos principios de mercado: eficiencia y trasparencia no soportan.
 ¿Por qué estos dioses tienen sueldos blindados? Deberían tener un sueldo de los que hay por el mercado y unos escalones de incentivos por objetivos –como los deportistas- y si los objetivos son a largo plazo pues se cobrará cuando se pueda medir el objetivo. Sin embargo la realidad nos escupe a los consejeros de cajas que se van con sueldos millonarios –y blindados- dejando a sus bancos –y sus clientes- arruinados.
¿Por qué no asumen sus responsabilidades? “Los mercados” reclaman mano dura para Grecia, a costa de recortes a los griegos, por sus desmanes económicos. Podría estar de acuerdo si la otra parte del contrato, los que suscribieron esa deuda griega, respondiese a los mismos criterios de exigencia  ¿han dimitido los analistas? Alguien recomendó esa deuda sin hacer bien su trabajo. Los accionistas y clientes de los bancos alemanes y franceses se han visto perjudicados, el valor de sus patrimonios ha caído en picado ¿y el sueldo de los responsables?
¿Por qué cobran millones que ellos no generan? Según su teoría de mercado eficiente: los dioses lo son porque ellos generan valor para sus empresas que estas les agradecen con sueldos millonarios, frente a el currito de turno que no es singular y es fácilmente sustituible echando mano del mercado de trabajo. Sin embargo vemos constantemente que cualquier dios endiosado se apropia del crecimiento de la empresa a través que la fascinante tarea de seguir el camino que le marcan sus informes y en la mayoría de los casos con contar con recursos suficientes (acaso el Rmadrid descendería si su entrenador fuese un pato, o el banco Santander  se hundiría si lo presidiera cualquiera de nosotros).
Dejémonos de tonterías, los dioses deben sus privilegios a su posición de inicio; ni a su talento ni a su inteligencia ni al valor aportado a sus empresas.  ¿Por qué no se les aplica entonces los principios del mercado? La economía que beneficia al privilegiado y resta derechos de acceso –restando posibilidades a los mortales- es como participar en una lotería donde cada cupón vale 1.000 euros, todos participamos del mercado pero…
Deberíamos cambiar las normas de estos mercados que no se aplican sus propias normas. Cuando se destapa algún escándalo –empresas con beneficios millonarios que despiden a la parte de la plantilla; SICAV que solo pagan 1% de impuestos; multinacionales en paraísos fiscales, etc etc- la explicación moral que se nos dá es que “la ley lo permite” y el dinero se escapa de forma legal.  Bien pues exijamos leyes creados Ex proceso para devolver a la sociedad lo que han acaparado unos pocos, que los privilegiados paguen por sus privilegios y esos ingresos implicarán menos recortes; por ejemplo “Los mercados” no son un ente abstracto, son personas y voluntades. Y los especuladores financieros –la economía financiera no aporta absolutamente nada a la sociedad, frente a la economía de producción; sin embargo cada año crece en volumen y concentra poder y dinero en unos pocos – son fácilmente identificables por el rastro de trasferencias/ordenes financieras de los ordenadores; digo yo que se podía crear un impuesto especialmente diseñado que grave el 99,8 % los beneficios obtenidos por inversiones especulativas que cumplan una serie de condiciones (y seguro que ese 0,20 % no es despreciable, pues hablamos de miles de millones).  Ejemplo B: establecer un beneficio máximo (en términos relativos al tamaño de la empresa, etc) a partir del cual se gravará el consabido 98%, así se “flexibilizarán” los beneficios y se estimularán las inversiones productivas.
En fin, espero que cuando pase la crisis subirán los salarios, se reconstruirán y fortalecerán los servicios sociales y se restaurará la normalidad ¿o todo era una privatización encubierta y ya no hay vuelta atrás? Os dejo. me toca saltar al volcán, es lo que tiene la flexibilidad laboral.