“De nada sirve la libertad de expresión,
si no existe libertad de pensamiento”
Jose Luis Sanpedro
-¿Pero porqué hacéis esto? Preguntaba una
reportera en el centro de Londres.
-Porque sino no nos sacaríais. Respondió el
encapuchado que destrozaba escaparates de bancos.
Es triste, pero cierto. La mejor forma de que se
hable de lo tuyo es llamar la atención con alguna acción impactante. Aunque tan solo se hablará del 5% visible del iceberg y absolutamente nada de la parte
fundamental. En nuestro ejemplo, en los medios de comunicación no se debatió de la
reforma educativa (que es de lo que iba la manifestación) sino tan solo de la violencia de unos
pocos.
Decía Goucho (sobre la especialización de la ciencia
en los años 30) que si se seguía por ese camino de tarde o temprano sabremos absolutamente todo
sobre la nada. Algo similar nos ocurre con esta obsesión sobre los detalles.
No
se informa sobre los argumentos de la protesta, no se da espacio el debate que no
venga de arriba, pero podemos conocer todos los
detalles del mensajero, mero soporte del mensaje elevado a parte
fundamental sin serlo.
Lógico si tenemos en cuenta que No se trata de informar,
se trata de entretener-y la violencia y el sexo da mucha audiencia- y de vender.
Tal vez los medios en un mundo ideal debería informarnos, pero estamos muy
lejos de un mundo ideal. Los medios están quebrados económicamente y no trabajan para sus espectadores/lectores; sino que son rehenes de sus
accionistas, se autocensuran según sus intereses, y los de los anunciantes: doble
censura.
Pues a esos 3 únicos datos sumarle un tipo cuyo
único objetivo es enfangar cualquier intento de debate
serio, y enfangar es muy fácil, basta con mover los pies para enturbiar
un debate transparente.. Y por supuesto repetir y difundir los datos que favorecen nuestras
conclusiones a través de mil medios afines. Sepultar por volumen (bombardeo por
saturación, cual B-52).
Nos imponen la agenda de los temas a
debatir, con la trampa que ya nos dan el enfoque dado y los datos que
debemos tener en cuenta y cuales no.
Y si surgen nuevas ideas… todo se centra en el personaje y no en las ideas; da igual si el tema
es el modelo energético, elecciones, o una gran manifestación.
Parece que todo depende del origen, de donde viene ¿y si…? ¿Y si la solución al
cáncer la ofrece un etarra? ¿Deja de tener valor?
Parte del descontento social es porque nos sentimos engañados, los
medios están desconectados del público o tratan de desconectarnos de la
realidad. Nos ocultan datos y nos dan un enfoque dado, nos dan la teoría ya
cerrada y no admiten datos nuevos.
Primero deben ir TODOS los datos, y
después desarrollar la explicación.
con más datos… tal vez tengamos una mejor imagen de la realidad. Tal vez deberíamos exigir medios que trabajen para sus clientes y no para
sus dueños.
Tal vez no hagan falta
ajustes –tal vez no sea una crisis- sino recaudar más.
Tal vez debería pagar impuestos quien defrauda de forma legal, tal vez
estemos mirando círculos y vemos triángulos por una mala información de quien
nos suelta el discurso (interesado).
En internet –existe capacidad de replica- hay espacio para nuevas ideas, para debatir frente al actual monopolio del
discurso unidireccional.
Pero solo una parte de la población se preocupa de contrastar, de escuchar,
porque requiere tiempo y esfuerzo. La gran mayoría solo son/somos pacientes
espectadores, consumidores pasivos de fango.
Tal vez si hubiera sitio para los
ciudadanos y sus ideas estos no tendrían que buscar
manifestaciones para hacer visibles sus protestas y demandan. Tal vez los medios deberían informar en
lugar de entretener, tal vez.