domingo, 7 de marzo de 2021

El triunfo del ego

Desde hace bastante tiempo, que se nos ha inculcado el valor de la individualidad por encima de todo, nos han enseñado a que debemos valorarnos, debemos cuidarnos, querernos...

Ya ha pasado a segundo plano aquello de "amarás al prójimo como a ti mismo", y frases similares. Ahora la comunidad es un grupo de egos alineados y retroalimentados.

Ensalzamos constantemente a grandes personajes, ya sean empresarios de éxito, deportistas, artistas, científicos, divulgadores,... y pocas veces se les escucha hacer referencia a las personas que les rodearon y les facilitaron llegar a esos logros; y si lo hacen a veces resuena un eco de "falsa modestia con toques de protocolaridad". Lo que les ha permitido llegar a donde están es su valía personal, luego algunos se dan cuentan de que realmente están solos y a veces les lleva a desenlaces fatales (pero quizá eso sea otro tema, o no).

Podemos extrapolar ese egocentrismo egoista, carente de empatía a todos los aspectos de la vida. Tenemos la razón y se la imponemos a nuestro entorno, social, familiar, laboral... Nos encerramos en grupos que refuercen nuestras opiniones y creencias, nos radicalizamos (social, religiosa, políticamente...).

Yo o "lo mío" por encima de todo y de todos. Carente de empatía siempre encontraremos todas las justificaciones que necesitemos para reforzar nuestra actitud y comportamiento.

Si seguimos ampliando el zoom de esa actitud podémos observar las tendencias independentistas de las sociedades, los nacionalismos, sectarismos,...

Ahora cuando vivimos una situación en la que se necesitan actuaciones globales, interconectadas, consensuadas,... no sabemos, no somos capaces de ceder para encontrar un bien mayor, aquello "del bien común", y ¿nos sorprende?.

Divididos perdemos fuerza, pero nos hacen creer que ganamos "personalidad".

Deberíamos poner D.E.P. la empatía, ¡viva la individualidad!.

Afortunadamente a veces hay personas y grupos con la suficiente personalidad para resistir la tendencia y luchar por un bien común mayor, afortunadamente aún hay esperanza.

Llámame loco... y seguro acertarás


¿Tú que opinas?