Primera
parte
Cayó el muro de Berlín,
y con él el status quo; el viejo sistema
se muere y hay que darse prisa para sacar tajada y vender las joyas de la abuela.
Se reduce el “Estado” soviético; miles de funcionarios, policías, militares van
a la calle. El escenario perfecto para la corrupción surge, quien tenía contactos a alto nivel (y
suficiente nivel de violencia para imponerse) desmantela el estado en favor
propio. Surge “la trampa de la araña” es
decir: obligas al proveedor a venderte a ti a precio más barato que el mercado
(muchos productos estaban subvencionados) y
tú lo vendes al mercado. Esa diferencia de precio hace que tú te forres y
la empresa proveedora se arruine, pero es del estado ¿a quién le importa?
¿No os suena? Siguen insistiendo con la crisis y en parte sí, es financiera,
pero en parte es saqueo.
Es financiera en cuanto
a que se ha contado –y gastado- con el
dinero del período y el dinero del futuro; nos hipotecamos con precios
escandalosos, las empresas creían en el crédito barato para siempre etc. Y ahora tenemos que equilibrar ese dinero
futuro gastado, pagar unos prestamos y pagar el sobreprecio (alguien debe
perder por pagar por encima del valor, y ese alguien es… si hijo, si)
Y el saqueo llega cuando se aprovecha
el miedo para que cuele todo. Se recorta todo: se elimina personal, pero no se
dice que se aprovecha para colocar a dedo a “asesores” que juntos suponen una
carga para el presupuesto (en algunos ayuntamientos los “asesores” cuentan con sueldos x6 o x18 respecto al funcionario
medio, con lo que 30 asesores lastran tanto como mil funcionarios) y para
la eficiencia que defienden los neoliberales, pues su mayor merito es conocer a
quien “necesita” un asesor.
*(Realmente me gustaría conocer una comparativa de
cuantos asesores a dedo hay en cada ayuntamiento, el coste en % respecto a los
funcionarios y la evolución de los últimos 10 años a nivel estatal)
Pero
el gran pastel está en la trampa de la araña; hacer que el estado sea
ineficiente o desviar los contratos hacia lo privado.
La sanidad se desmantela y un servicio de análisis de sangre que antes existía
en la inmensa mayoría de los hospitales ahora se “aligera” el presupuesto –se
subcontrata- en estructuras, pero si antes el coste era “P” ahora es un precio
de mercado 2x”P”. Si antes se compraban maquinas –un pago, con salida de dinero
claro- ahora la inversión la hace una compañía privada (se ahorra la
administración el desembolso, el pago), pero se paga a precio mucho mayor. No
existe el largo plazo, ni las sinergias, ni el uso múltiple.
Todo se subcontrata y
pagamos más, pero gota a gota y no se requieren grandes inversiones. Depende de nosotros si queremos ver las
inversiones como gastos, y percibirlo como un desperdicio público; o el
desperdicio es la multiplicación de esos pequeños sobrecostes. Es cuestión
de ver –y sumar- si las empresas privadas existirían si asumen las mismas
inversiones que haría la administración y cobra menos. Una cosa es la teoría de
que las empresas son mas eficientes y otra que hagan milagros económicos.
Parte
segunda
Esta necesidad de aligerar las
estructuras de la administración tratan de justificarlos por la urgencia de los
recortes necesarios. ¿Son necesarios
esos recortes?
Se
nos dice que es para contener el coste de la financiación –la prima de riesgo- y necesitamos esa financiación porque hemos
pedido un préstamo para salir de donde estamos. Pero -lamentablemente- parece
que no funciona. ¿Por qué si cada vez somos más austeros los mercados no se fían
de nosotros? Pues porque los mercados quieren solvencia y el problema no es la deuda, es el sistema.
Otros
países tienen muuuucha mas deuda (reino unido, EEUU…) pero el resto de la economía
es solvente, está diversificada, tiene futuro en resumen.
Nosotros NO nos hemos basado en crear
productos y venderlos/ exportar (Alemania, Francia), NO en tener recursos
naturales/necesarios (petróleo, gas), No tenemos una fortaleza de pequeñas empresas
ni estamos diversificados sino que
tenemos una mesa con tres patas: atraer(1) turismo –atraer dinero del exterior- y en parte en que la
construcción atrajese parte de ese ahorro de extranjeros; El (2)consumo interno representa casi el 50%
de todo el PIB de España (frente a % mucho menores en países que exportan;
mirar el país que queráis en wikipedia); y en (3)contrabando de trabajo, éramos lideres en cualquier trabajo que
necesite mucha mano de obra barata
-a base de inmigrantes o españoles en negro- y ahí están la construcción;
agricultura en Almería y los chiringuitos de la playa, todo lo que los países
desean reemplazar por trabajos de calidad nosotros lo suplíamos, principalmente
porque teníamos acceso a inmigrantes (independientemente de lo que cada uno
piense, fuente de riqueza a nivel nacional y bolsillos particulares).
Ahora
todos los países tienen menos dinero, y vienen menos turistas y mas baratos;
Desapareció la construcción y necesitaremos
muuucho tiempo para adaptar el mercado de trabajo a nuevas habilidades (no
todo es cuestión de precio; existen las capacidades que se olvidan en las leyes
de despido barato) y necesitaremos
trabajo para que el consumo consuma y cree mercado. A esto habría que unirle los desequilibrios demográficos –foco de
desequilibrios en pensiones y gasto social futuro- y otra serie de pequeños
problemas que ha perro flaco… Ese es
el problema de fondo, la prima de riesgo no baja porque los mercados no ven una
salida fácil a esta reestructuración social de España. Ven un futuro difícil y por lo tanto no hay solvencia.
Y
ahora, por fin, llego a mi propuesta revoltosa.
Hasta donde yo sé el dinero o lo utilizas en el momento
actual (consumes o inviertes) o lo guardas para el momento futuro (ahorras).
Si se recorta en los gastos que cubre el estado la gente percibe que hay una
serie de derechos/recursos que ahora él
debe cubrirse por sí mismo, con lo que ahorrará –si ahorra no consume en el
momento actual- y ese retraimiento del
consumo implica destrucción de la demanda y destrucción de puestos de
trabajo. La conclusión es fácil: los
recortes no funcionan.
Existe la llamada Ley de Okun que vincula empíricamente
–en todas las economías del mundo, no solo para España, es universal- el crecimiento
del PIB con el empleo/desempleo. En el caso español se necesitaba un
crecimiento cercano al 2,2% para que se generase empleo, es decir que por
debajo de 2% se destruye empleo. Nuestro objetivo debería ser conseguir que la
economía crezca y como he dicho los
recortes en servicios públicos solo crean inseguridad y nuevos desequilibrios –vía
nuevos parados-.
El máximo exponente de
nuestra crisis particular ha sido el
tema de la vivienda. Era la principal fuente de encauzar nuestro ahorro –y
deudas, claro- incluso supuso un cambio social, donde antes trabajaba un
cónyuge y era suficiente, con los años ha sido casi indispensable sumar dos
rentas para este pozo sin fondo –por los precios inflados recordemos- que era
conseguir una vivienda.
Actualmente son los bancos los principales aparcamientos
de vivienda; si elaborásemos una ley que
grave con impuestos -penalice- el tener las viviendas paradas –de forma
algo más que proporcional, que paguen más (por cada vivienda) si tienen 40 que
30, y mucho mas (por cada vivienda) si han pasado 36 meses que 20- estaremos creando un incentivo potente para que los
precios de la vivienda caigan (que el precio se acerque a su valor real) y ese
ahorro para los españoles se verá traducido en consumo (lo que no se ahorra
se consume/invierte) y a su vez generará empleos, y crecimiento para España.
*(los empleos no los generan los empresarios sino la demanda, los empresarios
son intermediarios entre oferta y demanda).
Igualmente sucedería
con el coste de la energía –un 20%
en el coste final de cualquier producto- si consiguiéramos que la energía fuese
más barata crearíamos ahorro (principalmente para la industria, que necesita
ayudas para competir con Alemania, Francia, Italia…) que se traduciría en
eficiencia económica.
Todo lo que sean
excesos en precios nos perjudican a todos, pero lo acabamos pagando unos pocos…
pero para pagarlo tenemos que pedir prestao!!
**perdón
si hoy me he extendido demasiado.
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