martes, 29 de abril de 2014

Cómo enfrentarse a un extraterrestre

  No conozco nada más parecido a un extraterrestre que un recién nacido: Ni le entiendes, ni sabes que pasa por su cabeza, ni tenéis intereses comunes (más bien todo lo contrario a la hora de dormir). Coexiste en tu planeta pero tan sólo compartís unas cuantas moléculas.   Nada más desvalido que un bebé, pero nada más desconcertantesalvo quizás otro extraterrestre- Nos traen desasosiego, desvelos y tensión.  ¿ellos? Más bien la incertidumbre total, el no tener ningún tipo de control sobre la situación. El no habernos enfrentado nunca a nada parecido, el no tener patrones similares en los que refugiarnos. 

  A medida que ellos crecen nuestra mente crea patrones: aprende a interpretar.  (A la vez él aprende como somos los terrícolas, es una doble vía de adaptación mutua.)

   Otro escenario: Te llaman para una entrevista de trabajosi, sé perfectamente que tampoco existen, esto es ficción os recuerdo- y de nuevo el enfrentarnos a la incertidumbre nos tensa y nos aniquila por dentro.  ¿Que me preguntarán? ¿Les gustaré? ¿Voy bien así?

  Aprendemos idiomas, internet y hasta a bailar (conozco amigos que lo han logrado) pero siempre desde un sistema, nuestra mente –o nuestra forma de entender el aprendizaje- se basa en lo sistemático.

Se nos pregunta desde el origen a la filosofía  ¿Puede lo múltiple reducirse a lo uno?, pues no puedo responder a esa pregunta, y creo que aún no hemos encontrado la esencia última, pero si que desarrollamos sistemas y reglas que simplifican y que nos permiten aprender, y llegar a ser los seres más inteligentes sobre la tierra (Al menos eso dice la propaganda oficial).

 Toleramos la incertidumbre, pero si la dosis supera la cotidiana nos surge el miedo y la duda, y en casos extremos la parálisis.

El avance en las ciencias y nuestro modo de vida tiene un coste: nosotros. Somos seres biológicos y racionales, y en esta dualidad nos debatimos entre nuestra parte de cazador: el juego, la conquista, el resultado incierto; y la social-racional: el piso, trabajo, ganarse la vida…

El azar nos atrae de forma animal hasta la ludopatía, o en dosis más moderadas nos arrastra a ver el futbol  (el deporte donde más incertidumbre hay, razón de que triunfe en todo el mundo).

La muerte -como incertidumbre total- nos aterra; la pareja –o el amor- la familia, los amigos nos sirven como refugio biológico y sus rutina nos ayudan.

 

  No debemos renunciar a lo logrado –a través de la razón- pero deberíamos saber convivir mejor con el miedo a lo nuevo (incertidumbre) pues la vida es incertidumbre  ¿Saldrá el sol mañana?  se preguntaba HUME desafiando nuestra forma de pensar, dudando sobre nuestra ley de causa efecto. 

*Según él el pasado nunca valdrá para pronosticar el futuro, es una ley mental nuestra, que interiorizamos por repetición pero no real.

Por suerte no nos enfrentamos a cambios radicales y  si somos capaces de asumir nuestra  pequeña dosis de azar “…no hay dos días iguales, y todos los días igual. que canta Rosendo, pero asumámoslo No estamos preparados para enfrentarnos a una invasión extraterrestre.

3 comentarios:

  1. joe, chico! que sesudo! siempre tienes algún punto de vista original (y por lo tanto extraño, lo cual no significa malo o erróneo); te tienes que releer algún párrafo para ver si te has perdido en algún giro argumental. Menos mal que escribes con letra gorda....

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  2. Posdata: lo de los extraterrestres, tiene algo que ver con algún sobrinillo?

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  3. Anónimo5/28/2014

    jua carlos.
    El sobri el hombre hace poco, pero me llama la atención lo mal que llevamos lo que es totlmente nuevo, tenemos que transformarlo siempre en cosas repetitivas.
    *Letra gorda para compensar el ordena pequeño, será falico de eso. Como los del pito pequeño y el coche grande. :)

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