domingo, 6 de noviembre de 2016
la falacia del paro
¿Puede bajar el paro si cae el empleo? Si claro, tenemos 700.000 empleos menos que antes de Rajoy y llevan años diciéndonos que hay menos paro. ¿Incompatible? no, simplemente es una ilusión, una falacia para conformarnos.
Hemos pasado de 23,5 de empleos a 22,8 (Datos oficiales del INE) y sin embargo se nos vende que baja el paro. Milaaaagro!!! no calma, tiene explicación, pero no lo explican.
El paro del que nos hablan es un %, por lo tanto relaciona dos cosas: gente en paro (en realidad gente apuntada a una lista, matiz muy importante) y el total de la población en edad de trabajar.
Un ejemplo: Imaginemos dos pueblos, A de 10 habitantes donde trabajan 9. Y B de 1.000 habitantes con 150 parados.
El primero tiene una tasa de paro del 1/10 = 10% y el otro es de 150/1000 = 15% ¿Alguien cree que le merece la pena buscar empleo en A a un parado del núcleo grande? Si hay 9 trabajos será porque la economía no da para 10. Sería estúpido mandar a los 150 parados de B a buscar trabajo a un pueblo de 10 habitantes; sin embargo los telediarios y demás actores de propaganda social nos dicen que A tiene menos paro y deberíamos ir allí.
En el siguiente gráfico se ve claramente como cae la población activa (los trabajadores)
entonces….. ¿Cómo cae el paro? Pues eliminando población activa. Si expulsas población haces que el % sea más favorable; exportas parados a otros países ¿Has creado trabajo? No, de hecho hay menos empleo, pero ha bajado el paro. Y has conseguido engañar a la opinión pública (que te voten haciéndolo mal)
Con Zapatero se consiguió el máximo de empleos; buena parte de ellos –construcción- inmigrantes que dejaron el país cuando llegó la recesión y la destrucción de empleo. Pero como se seguía destruyendo empleo (y seguimos en la actualidad, que no se nos olvide) los jóvenes mejor formados fueron a buscar un futuro a los principales países.
Además de perder a los más formados y la inversión pública que ellos significan, perdemos ingresos porque todos sabemos que los salarios han caído muchísimo –y por lo tanto las cotizaciones sociales- con ello los ingresos del estado; además cae el consumo (y con ello la recaudación del IVA). Una maravilla de gestión, vamos.
Teníamos el trabajo como la forma de crear riqueza (personal) y ya no solo no aporta riqueza sino que los salarios impiden salir de la miseria y no permiten que el estado tenga herramientas ni soluciones; porque no tiene ingresos.
Ya no sirve el trabajo y ya no se crea empleo ¿Y ahora qué?
Se ha basado toda la gestión en crear empleos baratos basados en intensivos en mano de obra (facilmente sustituibles por paises más baratos, y con salario bajo como principal incentivo), y en sacar muchos puestos de oferta pública (plazas que una vez ocupadas no se podrán volver a sacar). Para fortuna del gobierno se ha encontrado con un entorno favorable creado por el Banco central europeo (que mantiene bajísimos los tipos de interés y nos quita la prima de riesgo) y un petróleo en mínimos. Que ya está cmabiando.
Si hasta ahora se ha Hipotecado el presente a costa de destruir futuro; es decir se ha contratado –porque era barata- deuda por encima del 100% del PIB, y se ha ido tirando del fondo de pensiones y partidas similares.
¿Que pasará cuando suba el petróleo? Que históricamente supone un déficit de 40-60.000 millones. ¿Cuando otros países entren en recesión y no puedan permitirse el sol de España? ¿Cuando haya que pagar la deuda a precios más altos?
¿Hasta cuando se puede destruir empleo o exportar parados?
lunes, 25 de abril de 2016
Esto No es capitalismo (sino algo bastante mejor)
Me jode
–porque me jode, no me fastidia o me hierve, me jode- cuando dicen que vivimos en un modelo capitalista, porque NO es
cierto. Y mucho más cuando hablan de que una multinacional puede repartir
millones entre sus directivos “porque no es dinero público” o “es
su dinero”. Eso simplemente ES-MEN-TI-RA.
No vivimos en un sistema capitalista, porque en un sistema capitalista un licenciado gana de 68.000 euros para arriba y aquí pagan mil (con suerte) porque en un sistema capitalista se te paga por tu formación, pues la universidad te cuesta una media de 12 a 30 mills de pesetas (hubo y hay constantes manifestaciones en Reino Unido, Chile, y paises con capitalismo por ello, pero no sale en los medios si no hay disturbios graves.) y te la tienes que pagar tú (el famoso fondo para la universidad de los niños de las películas).
Vivimos en un sistema mixto; donde El estado invierte y favorece a personas y empresas.
Las personas tienen acceso a Educación, Sanidad y Seguridad. Preguntar cuanto cuesta una operación o los fármacos para una enfermedad grave (o no) en EEUU o similar; y cuantos millones de personas quedan fuera de ello. ¿Podríais permitiros 1 millón de euros por un cáncer? ¿Cuanta gente conocéis con cáncer?
¿Y cuanto se ahorran las empresas? Porque si la educación la financia en su mayoría el estado ellos reciben gente formada (Capital humano, o sea un regalo de capital). Y como sus trabajadores no han tenido que pedir préstamos para estudiar no piden sueldos tan elevados para devolver las deudas por estudios.
Muchas personas se arruinan si no consiguen acabar los estudios y no pueden devolver los préstamos en el mundo del capitalismo de mercado, aunque esto no salga en las películas.
Y no sólo capital humano se ahorran. El estado pone infraestructuras: Carreteras, transporte público, telecomunicaciones, etc. Cosas que damos por supuestas pero que si no las pagase el estado las tendrían que pagar las empresas –para muchas resultaría imposible- o las pagarían los individuos, que exigirían unos sueldos más altos.
El estado, entonces, facilita recursos baratos al mercado y reduce el riesgo para millones de ciudadanos que en una economía de mercado pura quedarían fuera de la sanidad, de la educación y estarían condenados a ello por el hecho de haber nacido pobres (y en un mundo capitalista el acceso lo da el dinero, no los derechos).
Obviamente estos servicios del estado tienen un coste. Y este coste son los impuestos.
Existe el discurso –interesado- de que pagamos demasiados impuestos. Sinceramente creo que no, pero cada cual que haga sus cuentas. Si no tiene hijos o no piensa estudiar, ni piensa tener ninguna enfermedad grave. Puede que le interese ser capitalista puro; pero que devuelva el coste de su educación al estado y que pague un canon equivalente por el uso de carreteras, red telefónica y se le cobre el médico de cabecera, y demás servicios. Y que la empresa donde tiene su plan de pensiones quiebre y que desaparezca su futuro. (lo contrario es estupidez y cobardía. Por ser suave.)
Resulta especialmente curioso ver como las patronales y las multinacionales defienden el modelo de capitalismo de mercado. Precisamente ellos, los grandes beneficiados y los que menos impuestos pagan; obligándonos a los demás a pagar la parte que ellos no pagan y a recibir menos por aportar cada vez más.
Las grandes empresas se ahorran más que ninguna, pues utilizan más licenciados –a precio de peón- y consumen más infraestructuras que una pyme o un autónomo. Por eso cuando una multinacional defrauda –aunque sea de forma legal- estamos tirando inversión de todos, que ellos se ahorran. Si quieren ser capitalistas que paguen a precio de mercado, que renuncien al dinero público.
Nuestro sistema mixto tiene lo mejor de cada sistema. Permite a los más pobres acceder a servicios y vivir con menos riesgo vital; y a las empresas ahorrar en in puts básicos y tremendamente caros. Todos ganan, mientras los que más tengan paguen impuestos, claro.
Que cada uno eliga que modelo prefiere, pero que sea consecuente con lo que dice y elige. Si prefiere no tener estado que no se acoga a la seguridad y a los beneficios que este modelo mixto genera. Si quieres capitalismo puro asume los riesgos y las servidumbres (y la violencia implicita que tiene obligar a los que menos tienes a soportar más riesgos).
Detesto ver medios "liberales" que cobran 100 mills de subvenciones y que no llegan a 0,2% de couta de mercado pregonando las virtudes del mercado. Ese mercado que ellos no respetan
Por otra parte el capitalismo puro hace imposible que alguien que va a costar millones a su empresa se vaya cobrando millones de euros (caso de Volkswagen o el Banco Santander, por limitarme solo a dos). Pues la teoría capitalista dice que tú cobras por lo que generas para la empresa. Si generas negativo –y mucho- irías a la cárcel o a la calle y nadie te contrataría jamás (porque la información es perfecta en un mercado perfecto) Aquí vemos como cobran del estado, hunden la empresa –miles de empleados a la calle- y cobran sueldos millonarios. Capitalistas de boquilla.
No vivimos en un sistema capitalista, porque en un sistema capitalista un licenciado gana de 68.000 euros para arriba y aquí pagan mil (con suerte) porque en un sistema capitalista se te paga por tu formación, pues la universidad te cuesta una media de 12 a 30 mills de pesetas (hubo y hay constantes manifestaciones en Reino Unido, Chile, y paises con capitalismo por ello, pero no sale en los medios si no hay disturbios graves.) y te la tienes que pagar tú (el famoso fondo para la universidad de los niños de las películas).
Vivimos en un sistema mixto; donde El estado invierte y favorece a personas y empresas.
Las personas tienen acceso a Educación, Sanidad y Seguridad. Preguntar cuanto cuesta una operación o los fármacos para una enfermedad grave (o no) en EEUU o similar; y cuantos millones de personas quedan fuera de ello. ¿Podríais permitiros 1 millón de euros por un cáncer? ¿Cuanta gente conocéis con cáncer?
¿Y cuanto se ahorran las empresas? Porque si la educación la financia en su mayoría el estado ellos reciben gente formada (Capital humano, o sea un regalo de capital). Y como sus trabajadores no han tenido que pedir préstamos para estudiar no piden sueldos tan elevados para devolver las deudas por estudios.
Muchas personas se arruinan si no consiguen acabar los estudios y no pueden devolver los préstamos en el mundo del capitalismo de mercado, aunque esto no salga en las películas.
Y no sólo capital humano se ahorran. El estado pone infraestructuras: Carreteras, transporte público, telecomunicaciones, etc. Cosas que damos por supuestas pero que si no las pagase el estado las tendrían que pagar las empresas –para muchas resultaría imposible- o las pagarían los individuos, que exigirían unos sueldos más altos.
El estado, entonces, facilita recursos baratos al mercado y reduce el riesgo para millones de ciudadanos que en una economía de mercado pura quedarían fuera de la sanidad, de la educación y estarían condenados a ello por el hecho de haber nacido pobres (y en un mundo capitalista el acceso lo da el dinero, no los derechos).
Obviamente estos servicios del estado tienen un coste. Y este coste son los impuestos.
Existe el discurso –interesado- de que pagamos demasiados impuestos. Sinceramente creo que no, pero cada cual que haga sus cuentas. Si no tiene hijos o no piensa estudiar, ni piensa tener ninguna enfermedad grave. Puede que le interese ser capitalista puro; pero que devuelva el coste de su educación al estado y que pague un canon equivalente por el uso de carreteras, red telefónica y se le cobre el médico de cabecera, y demás servicios. Y que la empresa donde tiene su plan de pensiones quiebre y que desaparezca su futuro. (lo contrario es estupidez y cobardía. Por ser suave.)
Resulta especialmente curioso ver como las patronales y las multinacionales defienden el modelo de capitalismo de mercado. Precisamente ellos, los grandes beneficiados y los que menos impuestos pagan; obligándonos a los demás a pagar la parte que ellos no pagan y a recibir menos por aportar cada vez más.
Las grandes empresas se ahorran más que ninguna, pues utilizan más licenciados –a precio de peón- y consumen más infraestructuras que una pyme o un autónomo. Por eso cuando una multinacional defrauda –aunque sea de forma legal- estamos tirando inversión de todos, que ellos se ahorran. Si quieren ser capitalistas que paguen a precio de mercado, que renuncien al dinero público.
Nuestro sistema mixto tiene lo mejor de cada sistema. Permite a los más pobres acceder a servicios y vivir con menos riesgo vital; y a las empresas ahorrar en in puts básicos y tremendamente caros. Todos ganan, mientras los que más tengan paguen impuestos, claro.
Que cada uno eliga que modelo prefiere, pero que sea consecuente con lo que dice y elige. Si prefiere no tener estado que no se acoga a la seguridad y a los beneficios que este modelo mixto genera. Si quieres capitalismo puro asume los riesgos y las servidumbres (y la violencia implicita que tiene obligar a los que menos tienes a soportar más riesgos).
Detesto ver medios "liberales" que cobran 100 mills de subvenciones y que no llegan a 0,2% de couta de mercado pregonando las virtudes del mercado. Ese mercado que ellos no respetan
Por otra parte el capitalismo puro hace imposible que alguien que va a costar millones a su empresa se vaya cobrando millones de euros (caso de Volkswagen o el Banco Santander, por limitarme solo a dos). Pues la teoría capitalista dice que tú cobras por lo que generas para la empresa. Si generas negativo –y mucho- irías a la cárcel o a la calle y nadie te contrataría jamás (porque la información es perfecta en un mercado perfecto) Aquí vemos como cobran del estado, hunden la empresa –miles de empleados a la calle- y cobran sueldos millonarios. Capitalistas de boquilla.
viernes, 26 de febrero de 2016
cuando la debilidad es fortaleza (teoría de pactos)
Esta
política de marketing y constantes declaraciones,
cada día parece más una carrera de
caballos. Donde todos quieren sacar la cabeza y no quedarse atrás –en las
declaraciones- y los espectadores solo
vemos una polvareda que ni nos atrae ni nos interesa.
La
política es un poder del ciudadano, el poder de fijarse un objetivo futuro, de
dirigirse hacia dónde quiere ir como colectivo.
¿Entonces por qué admitimos estas constantes declaraciones vacías como algo
normal? ¿Por qué los intereses de unos sustituyen al beneficio del ciudadano?
Hemos
llegado aquí gracias porque nos desentendemos de nuestro deber para con
nosotros mismos. Y porque entre teoría y práctica
se nos han colado ciertos intereses y multiplicadores del error (medios
de comunicación al servicio de grupos de interés, los propios partidos, etc)
El sistema DEBERÍA funcionar así:
·
Nosotros somos conscientes del
entorno, del presente y establecemos
nuestras prioridades personales, y de la sociedad. Y en base a ello elegimos que programa político se acerca más a
nuestras prioridades.
·
Votamos
y se forma un parlamento, en teoría proporcional a los
votos, que representa las prioridades de la sociedad. Este
parlamento elaborará las leyes –ojo, el parlamento
NO el gobierno- que
intentarán acercar el futuro a las prioridades de la sociedad presente.
·
El parlamento –y
NO los votos- eligen al gobierno. Órgano secundario –lo
importante es el parlamento- que tendrá la capacidad de
reacción ante problemas de menor entidad, pero que requieren una solución
rápida (recordemos,
el parlamento son políticas estratégicas a largo plazo).
Es decir el Gobierno es una subcontrata
del parlamento, que gestiona el día a día, para que el parlamento se pueda
ocupar de lo importante. Esto es, lo que los ciudadanos consideraban sus
prioridades (las políticas a aplicar).
Los errores:
·
No hacemos análisis ni nos planteamos lo mejor para
nosotros como sociedad; nos intoxican los medios de comunicación con polémicas (su objetivo es
vender, no informar). Nuestras opiniones
no son nuestras; son el resultado de la digestión de las opiniones vertidas en
el abrevadero –periódico, radio o programa de TV- donde cada uno se acerca.
·
Con estas digestiones pesadas votamos a una cara y un discurso –ya nos hemos desviado brutalmente,
hemos volcado. Estamos patas arriba en la cuneta- pensando que será el líder del
gobierno (la mayoría de la gente cree que el gobierno está por encima del
parlamento).
·
Al final se habla
del gobierno (de caras, nombres y partidos) y NO de políticas o
acciones prioritarias. Hemos sustituido
la esencia por apariencia; los hechos por personas; y lo importante para la
sociedad por unos intereses particulares.
El ruido en los medios nos impide ver el presente y
nos aleja del futuro.
Así poner la tele es condenarse a ver gente en un
combate de palabrería y cero información. En parte porque es más fácil asimilar
un mensaje corto y simple que un análisis estructurado, que un debate real o
que información compleja. Y aquí recupero mi argumento de las cuñas que parten
el sistema.
Para
los medios y para los políticos es mejor este sistema de simplificar el mensaje (llamarnos simples y tratarnos como tal a fin de
cuentas). Los medios se aseguran tener munición diaria, un espectáculo de
ruido que no cesa y que alimenta al
público fiel que se acerca a por su ración de enemigo (de caras y nombres,
nadie está en contra de argumentos porque ni se plantean). Los partidos sus atriles desde los que azuzar a los suyos; porque
un claro ejemplo de la despolitización de la política es que los discursos
políticos se dirigen solo a su público fiel, no a la sociedad total.
Artos de comer polvo la mayoría de la gente se
desentiende del sistema –primera paradoja,
pues es el desentenderse lo que hace que el sistema no funciona- y así una vez
más la lista más votada es la gente que no vota –segunda paradoja- . Y los
votados se postulan en base a enfrentamientos y a un mensaje extremista que hace imposible el acuerdo, pero que fideliza
al votante extremista (es más fácil mantener al fiel que conseguir un
consumidor nuevo) en un entorno donde todos salvo los nuevos pierden votantes.
Y aquí llega la
gran paradoja, como un sistema parasito del sistema político ha llegado a
degradar tanto que ha hecho muy difícil la existencia del
propio parásito.
Los
pactos necesarios para formar gobierno hacen que se tenga que hablar de
políticas, que se busquen
puntos en común. Que el parlamento controle al gobierno , que al necesitar el apoyo de varios partidos políticos no
será débil sino eventual y controlado.
Curioso
como el politiqueo nos ha devuelto la política, a ver que
hacemos ahora con ella.
miércoles, 27 de enero de 2016
teoria del movimiento perpetuo (bendito aburrimiento)
¿Os
imagináis dentro de un terremoto? O arrastrados por la corriente de un rio, o
sufrir un huracán.
Vivimos
dentro de turbulencias de una forma constante, se nos mueve el suelo bajo los
pies, pero no nos sorprende ni nos da
miedo porque nos han acostumbrado a ello.
El
constante movimiento es necesario, porque sin turbulencias –sin el agua turbia-
sería muy fácil saber quién es el asesino; como nos mataron y donde está el
dinero.
Así, es necesario que nos aturullen con
polémicas que nunca supuran, se concatenan con otras o se disipan si hay
suerte. Es necesario que nos saturen con datos intrascendentes, con modas y
detalles, muchos detalles. Hay que saber hasta el último detalle de la
intrascendencia de turno, es crucial para que lo podamos olvidar como es debido.
Es importante que tenamos un tema de conversación banal (pero encendido) porque
de lo contrario ¿Qué sería de nosotros? ¿Qué haríamos? ¿Pensar? Venga
hombre!! Se trata que seamos
consumidores, no ciudadanos.
Es necesario el constante movimiento, que los
datos tapen la información. Que nada repose lo suficiente, pues de lo contrario
–con reposo- podríamos necesitar ordenar las ideas, crear un criterio. Es mejor
tener una opinión, hágame caso.
Una opinión desechable, eso sí. Que no moleste
ni ocupe lugar en la psique. Tan solo una opinión; bonita y que encaje en el
grupo al que pertenecemos, eso sí.
Generando
movimiento nada permanece, a nada se le coge cariño y nada merece la pena. Mejor una opinión rápida, nada permanente. Nada de luto porque no ha dado tiempo a tenerle apego. Seamos honestos; si la opinión ni era nuestra. Se la cogimos a algún profeta del miedo, lider de enfrentamientos populares y padrastro de opiniones.
La
censura hoy es una sobrecarga de datos inútiles, que tape lo relevante. Los
militares llaman a esto Violencia de acción; aturullar al rival con tanta
acción –y miedo- que no tenga tiempo de pensar, y ante la descoordinación huya.
Eso es nuestra sociedad, un conjunto de leva que huye despavorido a no se sabe
dónde.
Una de las (pocas) cosas buenas que tengo en
que tiendo a no tocar el suelo, vivo alejado de esa cosa turbia que algunos
llaman actualidad. Me ahorro muchas intoxicaciones y cuando algo me interesa ya
ha reposado un tiempo. La parte más volátil ha caído al suelo y me deja ver el
marco teórico de una forma más sosegada.
De
mozo –diría adolescente, pero no estoy seguro aún de llamarme adulto, asi que
mozo es más preciso- me aficioné a leer. Leía todo lo que caía en mis manos;
aprendí a disparar; montar chismes y salí de casa para conocer la vida. Todo
por aburrimiento.
El
aburimiento es necesario. Es algo que se escatima a nuestros niños; se los
satura de tareas, videojuegos y ocio. No cabe el aburrimiento.
Sin
aburrimiento no hay reposo. En la vorágine todo se devora y no se saborea.
No
hay tiempo para ver las cosas de otra manera, no hay tiempo para buscar nuevos
caminos. No hay tiempo para cribar lo importante de lo urgente. No se piensa,
se nos obliga a huir del aburrimiento.
Huimos,
pero ¿hacia dónde?
Esta actualidad ruidosa resultaría tan solo molesta sino fuera por la información que nos escatiman, y sin información no podemos tomar buenas decisiones. Y mira que la solución es fácil: Que los expertos cobren por aciertos, nos quitariamos a los profetas del miedo y a los perros que ladran mentiras.
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