martes, 19 de diciembre de 2017
Lo de Cataluña
Nota previa: Dejé el blog por falta de tiempo, y sobretodo por la convicción de que nadar contracorriente sólo sirve para agotarme. Pero tambien me jode callarme en ciertos momentos, y tener que repetir lo mismo muchas veces en circulos pequeños. Así que aquí vamos:
Si eres un gobierno con mil casos de corrupción conocidos, y una gestión desastrosa. Realmente no tienes argumentos racionales para que te voten.
Si además pierdes votos de una forma alarmante y estás en caída libre…
Gráfico son los datos reales de la evolución de votos desde 1977. (En rojo las municipales; en azul al congreso de los diputados; en verde europeas)
Sólo te queda inventarte un enemigo. Apelar a los sentimientos; y agitar el miedo. Porque o se vuelve todo una espiral de agresiones –de ese enemigo inventado- o la gente tendrá tiempo de ver la mentira. El tornado debe girar y girar, la amenaza crecer, y el terror ser inminente.
Es parte del timo meter prisa a la victima, presionarla para que no piense.
Porque si te paras a mirar verás que son los mismo.
Que ambos han endeudado (y destruido futuro, pues toda deuda actual es detraer futuro) a niveles brutales su nación; que has destruido la sanidad, la educación y les ha importado un pito poner en riesgo a su población y su policía con tal de ganar votos ¿En que Nación creen si no les importan sus ciudadanos, sus policías, su educación y su sanidad? ¿Si sus partidos se han enriquecido a través del dominio del poder?
En marketing, o informas –si tu producto es el mejor, o más barato- o generas sentimientos {“Te gusta conducir” “La chispa de la vida”} .
Por eso no se han dado argumentos en esta campaña. Ambos saben que no soportarían la respuesta si abren un debate serio. Y como en este caso no compiten por el mismo público; porque ya parten de sentimientos enfrentados -es decir barreras al cambio- pues la mejor estrategia para ambos es echar gasolina al fuego.
Sé que soy minoría en esto; pero para mí la política no es más que una herramienta –en teoría al cambio, a mejorar el futuro- por lo que no soy fiel a nada. No parto de una ideología a la que aferrarme, prefiero el enfoque del caso, donde se parte de cero cada vez, donde las pruebas pesan más que negarse a admitir que estabas equivocado. Y vale más la solución que tener razón (a voces y por desistimiento del contrario).
Sé que soy minoría en mi forma de crear mis prioridades de voto. Me niego a ser espectador pasivo, donde la tele y la presión de grupo me digan como debo pensar. Prefiero ver contrastar mi entorno, crear verdades comprobables y cuando tenga mis propias prioridades ver que partido reúne más de mis prioridades. Las mías.
Esto te lleva a votar cada vez a un partido, a no ser fiel a una p*ta marca que desprecia a sus ciudadanos.
Tampoco voto a nadie que se suponga que va a ganar. Doy prioridad a los equilibrios de poder, que se supone que es la base de la democracia, y me veo abocado a partidos minoritarios –por debajo 15%- que hagan de contrapeso y variedad al poder. Es nadar contracorriente, pero…. no me gusta echar gasolina al fuego ni jugar con las personas.
Como digo, sé que soy minoría. Y que después de las elecciones tendremos más tontería y menos soluciones; no creo que desaparezcan 2 millones de pro independentistas ni puedan crear un nuevo país con el 50% en contra. Habremos empeorado la posición inicial ¿Estúpido entonces? No, ellos habrán crecido votos. Y solo les ha costado odio y ciudadanos. (Ellos ganan y tú pagas.)
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Estimado Juan Carlos, no estás solo en tus convicciones, que hago mías al cien por cien.
ResponderEliminarSiento tu abandono del blog porque aportaba aspectos interesantes; y siento no poder haber cumplido con mi promesa de colaborar con el mismo por mi falta de tiempo.
Espero que algún día reconsideres tu posición.
Saludos.
Gracias Jesús!! Me alegra que no soy el único en pensar así.
ResponderEliminarDejaré este blog, pero sigo con el de Villarta.